Cuando controles tu respiración,
tu garganta será libre.
Los ejercicios respiratorios han de llevarse a cabo
con el mínimo esfuerzo y con el máximo rendimiento.
Ahora nos colocamos las manos en el diafragma
Tomamos aire y debemos sacar tripa,
lo expulsamos metemos tripa.
¿Cómo practicar la respiración diafragmática?
Acostado boca arriba con las rodillas flexionadas
y con una almohada bajo la cabeza,
es una de las posturas más cómodas
y te ayudará a respirar sin esfuerzo.
Colocaremos una mano en la parte superior del pecho
y la otra sobre el abdomen
así notaremos el movimiento del diafragma al respirar.
Aspiraremos lentamente por la nariz,
la mano que está en el abdomen debe subir
y la que está sobre el pecho permanecer quieta.
No intentes inspirar mucho aire.
Lo que pretendemos es que éste llegue
hasta lo más profundo de los pulmones.
Exhalaremos lentamente, por la boca,
la mano que está sobre el abdomen
debe recuperar la posición inicial
y la mano en el pecho permanecer quieta.
Se recomienda hacer estos ejercicios 5 a 10 minutos
3 a 4 veces al día y gradualmente aumentar el tiempo.
Al principio cuesta un poco
pero a medida que avanza el entrenamiento
esta respiración se vuelve sencilla y automática.
Hasta que una respiración torácica no es remplazada
por una respiración abdominal profunda y regular,
los esfuerzos por relajar cuerpo y mente son ineficaces.